Llega un día de tu vida en el que decides dejar atrás tus miedos y caminar
con paso firme. Ese día sobrepasas todos tu límites y te
acercas al final del horizonte, donde hasta ahora se encontraba
el precipicio, ése lugar donde aquello que existe parece terminar, pero es
allí donde descubres el comienzo de un nuevo camino. Antes no te atrevías a
llegar tan lejos, pero sabes que si no conoces tus límites, nunca sabrás
quién eres realmente y para avanzar, necesitas convertirte en tu mejor
compañero de viaje y dejar atrás las huellas imborrables de tu pasado.
Cierras los ojos y en tu pensamiento no sabes qué dirección tomar, pero no
te importa, porque tienes la certeza de que, cualquiera que sea tu
destino, lo que te espera es bueno. Sientes que algo se ha transformado
dentro de ti. Ese día recuperas la confianza en ti mismo y te bajas del carro
de la incertidumbre, esa vieja amiga-enemiga que nunca te deja avanzar y
te aleja del lugar al que quieres llegar en la vida.
Todo comienza en el instante en el que decides darte otra oportunidad y
construyes un nuevo yo a partir de tu verdadera esencia, ésa que
conoces bien y te fue concedida el primer día de tu vida. Sabes que la
felicidad es posible más allá de tus sueños y que para que forme
parte de ti, debes buscarla en lo más profundo de tu ser y abrir de
par en par las puertas de tu alma, para crear señales nuevas que guíen tu
camino, basadas en tu propia experiencia.
A veces no es necesario que algo
cambie en tu vida, para que todo te parezca nuevo. El cambio se produce en
tu interior y esa nueva forma de verte a ti mismo, transforma por completo
tu realidad presente y dejas de formar parte del paisaje, para convertirte
en creador del paisaje de tu vida con cada decisión que tomes y
cuando mires al cielo y observes las nubes del horizonte, verás que tu
vida avanza como ellas, aprendiendo cada día de su recorrido
infinito por cada rincón de la tierra.
Cuando todo cambia, dejas atrás las cadenas que te impedían avanzar y estrenas alas nuevas. Aprendes a volar y tu libertad se convierte en tu mejor compañera. Tu luz vuelve a iluminar la noche y brilla cerca de las estrellas, reflejando la sonrisa de tu rostro al universo.
Cuando cambias la forma de verte a ti mismo, todo lo que existe en tu vida cambia. De ti depende el conseguirlo...
Cuando todo cambia, dejas atrás las cadenas que te impedían avanzar y estrenas alas nuevas. Aprendes a volar y tu libertad se convierte en tu mejor compañera. Tu luz vuelve a iluminar la noche y brilla cerca de las estrellas, reflejando la sonrisa de tu rostro al universo.
Cuando cambias la forma de verte a ti mismo, todo lo que existe en tu vida cambia. De ti depende el conseguirlo...
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